En la zona aislada del puerto de Vladivostok hay más de 30 camiones y turismos, todos transportados por los barcos de Japón. Cuando después de la descarga los coches pasaban los puestos de control “Yantar”, saltaron las alarmas: La radiación superaba la norma.
Al acercar el dosímetro a la capota de uno de los coches marcó treinta micro roentgen a la hora. Al alejarse del coche un metro o dos el índice caía hasta siete micro roentgen, que es el del fondo natural del puerto. La diferencia superó en cuatro veces, este nivel.
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