Partes meteorológicos alertaron de la posibilidad de que el tifón provoque también un fuerte oleaje, inundaciones y desprendimientos de tierra en las zonas azotadas por el tsunami.
Para evitar sorpresas, Tepco preparó diques y se llevaron a un lugar protegido las grúas móviles con las que se procede a la refrigeración. Si las lluvias son muy intensas, la compañía planea detener todas las operaciones.
También ayer, el reactor número 5 dio un nuevo susto cuando su sistema de refrigeración dejó de funcionar y empezó a sobrecalentarse.
El problema fue solucionado a última hora de la mañana sin producirse daños. La crisis atómica más grave desde Chernóbil ha pasado a un segundo plano a causa de su desgaste mediático, pero la situación no está ni mucho menos controlada: las labores de contención y reparación continúan y no se espera una solución definitiva para antes de 2012.
Sin llegar a desatar la alarma, la cercanía del tifón recordó ayer que la inestabilidad del material radiactivo almacenado en Fukushima sigue representando un peligro.
Algunos inter-nautas se preguntan qué pasaría si se produjese un desastre natural de mayor envergadura, teniendo en cuenta que, dos meses y medio después del tsunami, Tepco no es capaz de cubrir los edificios afectados ante la llegada de un tifón anunciado con antelación.
La desconfianza ha crecido mucho después de que la compañía reconociese a mediados de este mes que los núcleos de los tres reactores más afectados se fusionaron casi del todo en las 100 primeras horas de la crisis.
Dirección y Producción
Agencia CPl.News ®
www.thecamino.com.ar ©