Ya solo el lema “Que no se aprovechen de la crisis” deja en el aire quienes son realmente los verdaderos causantes de la crisis económica y contra quien va dirigida la protesta. Y el hecho de que las pretensiones de estos sindicatos sea obligar a la patronal a sentarse a negociar supone, de principio, un sometimiento y unos pobres objetivos que se quedan en el etéreo pacto social. Pacto social que no es otra cosa que el cordón umbilical que el sistema necesita para controlar al movimiento obrero, cada vez más exprimido, cada vez más atacado.
Pero desde posiciones sindicales de clase y no sometidas al sistema, como la Coordinadora Sindical de Madrid, el Sindicato Ferroviario, el Sindicato de la Elevación, el Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad y otros…, el análisis de la crisis económica y las soluciones son diferentes. Porque la crisis, por ejemplo, no afecta a todos por igual y así mientras los beneficios de la Banca hasta setiembre fueron de 22.500 millones de euros, que los despidos de trabajadores eran hasta entonces de 800.000. Es un hecho que la crisis está afectando más duramente a los sectores sociales más desprotegidos como las mujeres, los jóvenes, los pensionistas o los inmigrantes. Y que lo están sufriendo en base a salarios impagados o con la expropiación de la vivienda, cuyo resultado es la precariedad y la marginación social.
En este marco de la crisis, el gobierno español ha salido solo en ayuda del sector bancario y empresarial, con ayudas millonarias y, por otro lado, autorizando cientos de Expedientes de Regulación de Empleo, injustificables muchos de ellos, que han llevado al paro a miles de trabajadores.
La respuesta de esos sindicatos, ante estos hechos objetivos, no es otra que la firma de las agresiones, la negociación y el pacto social. Estrategia que solo obedece a apaciguar a los trabajadores que se ven continuamente ante despidos, congelación salarial o pérdida de empleo público…
Para los sindicatos que suscriben este comunicado, la crisis solo la deben pagar quienes la han generado, es decir, los bancos y las grandes multinacionales. Y en vez de inyectar millones de euros en el sector financiero para dinamizar la economía y que estos dispusieran de capital para prestar a empresas y ciudadanos, el gobierno debería haber comenzado una progresiva nacionalización de la banca así como de los sectores estratégicos de la economía como son la Sanidad, la Economía, el Transporte, la Energía y las Comunicaciones; o una reforma agraria que impulsara el cooperativismo agrario; o el mantenimiento del empleo digno, con garantías salariales…
La política del pacto social de CCOO y UGT ha llevado a los trabajadores, después de 30 años, a la precariedad laboral, al desempleo, a los bajos salarios o la congelación salarial. Y no escenifica otra cosa que el pregón de una nueva reforma laboral que seguirá abaratando el despido, desregulando la contratación laboral y reduciendo las pensiones.
Para estas organizaciones solo una movilización social a gran escala, unitaria y reivindicativa, puede frenar a la patronal en sus pretensiones. El pacto social ya ha demostrado que solo sirve para precarizar cada vez más al conjunto de los trabajadores.
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