Aquí os dejo un artículo publicado en la Revista Digital Angulo 13, sobre los Chemtrails, y lo que nos están haciendo, miren al cielo, denuncien y que se investiguen estás estelas tóxicas que están contaminando el aire que respiramos y a las que todavía despues de muxo tiempo no se les ha dado una respuesta...
Nota: La autoría de este trabajo divulgativo es asumida por la Redacción de la Revista Digital Angulo 13 a petición de sus autores originales mediante comunicación directa y escrita, quienes prefieren mantenerse en el anonimato debido a la constante persecución a la que se ven sometidos por divulgar este asunto.
En este artículo examinaremos exhaustivamente este fenómeno desconocido antes de 1997 y que ha llamado la atención de miles de personas en todo el mundo.
Asimismo, en la mayoría de países occidentales se están siguiendo y denunciando estas operaciones secretas e ilegales sobre la población civil, sin que ninguna autoridad competente ofrezca una respuesta convincente a lo que acontece en el cielo de todo el planeta, ante la frustración e impotencia de la ciudadanía que observa, con inquietud, como su cielo es fumigado casi a diario.
Existe mucha información en Internet sobre este fenómeno. Buena parte de la información que niega la existencia de los chemtrails forma parte de una estrategia de desinformación y ocultación perpetrada por personas al servicio de los responsables de estas operaciones que se esfuerzan, las 24 horas del día, en mantener su versión como “verdadera”.
Para ello utilizan distintas estrategias: Por un lado, podemos encontrar métodos de desinformación, como la publicación de textos y teorías que intentan desviar la culpabilidad de los chemtrails a los extraterrestres y a sus OVNIS para así crear un velo de “frikismo”, de extravagancia o de leyenda urbana alrededor del fenómeno. Por otro lado, encontramos el cinismo pseudo-científico (la versión “oficial”), que continúa empeñado en hacer creer que esas estelas anómalas son solamente vapor de agua y que siempre estuvieron ahí, o que son producidas por la mayor altura que los vuelos comerciales tienen desde hace una década (14.000 metros). Esta teoría cae bajo su propio peso, ya que los aviones que dejan los chemtrails vuelan entre las nubes tipo cúmulo y este tipo de nubes nunca se da por encima de los 3.000 metros de altitud y la mayoría de las veces, se pueden distinguir a simple vista las alas de los aviones que fumigan nítidamente. Respecto a esto, el investigador Rosario Marcianó comprobó mediante medios ópticos que, utilizando un láser de 4 kms de alcance, lograba acertar a los aviones que pasaban fumigando en la noche de Sanremo, Italia, quedando nuevamente refutada la teoría de que dichos aviones podrían ir a más de 8.000 metros (Condiciones que, según la NASA*, son indispensables para que las estelas de condensación se formen). Una simple observación inteligente puede sacarnos de dudas: por ley, los aviones comerciales no pueden volar en formación, tampoco es usual ver un avión comercial variar su rumbo 180º o hacer giros tan agresivos que llevarían a la náusea a la mayoría de sus pasajeros. Y más aún cuando estas estelas forman círculos y son fotografiadas en ciudades que no tienen aeropuertos. Definitivamente, los aviones de baja altura que pasan fumigando no corresponden a aviones comerciales y es fácil percatarse de ello. | ||
- Los trails que dejan los aviones parecen activarse y desactivarse a antojo del piloto.
Vídeo expuesto en Youtube por el usuario Skywitness
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