martes, 24 de noviembre de 2009

Imágenes inéditas obtenidas por satélite alemán muestran superficie del Sol

SUNRISE quedó 5 días en la estratosfera en junio, llevado por un globo. Equipamiento acumuló 1,8 terabyte de información.

Imágenes divulgadas por la Sociedad Max Planck para el Avance de la Ciencia muestran la granulación de la superficie solar en cuatro diferentes larguras de onda. La imagen cubre la superficie solar en una escala de 1 sobre 20 mil (Foto: MPI für Sonnensystemforschung)


El satélite SUNRISE, construido por un consorcio liderado por el Instituto Max Planck para Investigación del Sistema Solar, en la Alemania, registró imágenes de la superficie de la estrella en un nivel de detalle inédito. Movidas por campos magnéticos, porciones de gas suben y descienden y nubes de materia son ejetadas, dando a la superficie solar su estructura granulada. El equipamiento, con más de 6 toneladas, fue lanzado de una base en la Suecia en 8 de junio y llevado por un globo de hélio de 130 metros de diâmetro a una altitud de 37 kilómetros.

De allá, en la capa de la atmósfera conocida como estratosfera, las condiciones de observación son similares a la presentes en el espacio: las imágenes no son perjudicadas por turbulencia y la cámara puede dar zoom en luz ultrarojo, que de otro modo sería absorbida por la capa de ozono. Las variaciones en la radiação solar son particularmente pronunciadas en luz ultrarojo. Separado del globo, el SUNRISE descendió de paraquedas en 14 de junio, pousando en la Isla Somerset, en territorio canadiense.

El trabajo de análisis de los datos colhidos, que suman 1,8 terabyte, está sólo comenzando. Uno de los aspectos que interesan los científicos es la conexión entre la fuerza del campo magnético y lo brillo de pequeñas estructuras solares. El campo varía en un ciclo de actividad solar de 11 años. La presencia mayor de esas estructuras causa un aumento del brillo solar, resultando en un mayor input de calor sobre la Tierra.

Antes de la rápida pero importantíssima misión del SUNRISE, los procesos físicos ahora observados sólo podían ser simulados por medio de modelos computacionais complejos. “Esos modelos pueden ahora ser contextualizados en una sólida base experimental”, explica Manfred Schüssler, científica del Instituto Max Planck.

El grupo de investigación envuelve también el Instituto Kiepenheuer para Física Solar, el Observatorio de Alta Altitud en Boulder (Colorado), el Instituto de Astrofísica de Canarias (Tenerife), el Laboratorio Solar y de Astrofísica de la Lockheed-Martin en Palo Alto (California), el Complejo de Globos Científicos de Nasa y el Centro Espacial ESRANGE, en la Suecia.