martes, 10 de noviembre de 2009
Operación Quimera y las cloacas del Estado
En los últimos tiempos, desde la ruptura del proceso de negociación, pero sobre todo en este último año, la sociedad de Euskal Herria ha sufrido diferentes episodios de guerra sucia y de agresiones fascistas. Han sido ataques que han ido incrementándose cualitativa y cuantitativamente: pintadas, amenazas, ataques con material explosivo, secuestros, torturas y como recientemente publicó un periódico, también un asesinato. Detrás de estos ataques se ha situado a diferentes grupos: Falange y Tradición (quien reivindicó mediante un comunicado algunos de estos ataques), las fuerzas de seguridad, algún facha de aquí o de allá,... Para nosotros y nosotras se trata de agresiones situadas dentro de una estrategia represiva y creemos que son las cloacas del Estado las que están detrás de todo ello. Tanto lo sucedido con Jon Anza como el secuestro de varios ciudadanos vascos, como los ataques reivindicados por Falange y Tradicion.
En el caso de Jon Anza y el secuestro de ciudadanos vascos es más que evidente que las cloacas del Estado estan detrás, ya que en estos casos, como han denunciado los secuestrados, se les pidio colaborar con el Estado y fueron elementos policiales o parapoliciales los que desarrollaron los secuestros. En lo referente a los ataques atribuidos a Falange y Tradicion, dos son las tesis que manejamos: -Que sean las cloacas del Estado las que los dirigen. -Que la dinamica represiva y antivasca dirigida por el Estado haya dado pie a que este tipo de grupos se pongan en acción, siempre con la permisividad del Estado. Esta permisividad dura hasta que los ataques adquieren un grado de preocupación en la sociedad. Entonces se les quita del medio y ya está.
Hasta ahora dos eran las razones fundamentales para pensar que las cloacas del Estado estaban detrás de todo esto: -Estos ataques estaban produciéndose con total impunidad. Se han dado sobre todo en zonas donde la presencia policial o militar es asfixiante. Sin embargo la mayoría de las denuncias se han archivado rápidamente en los juzgados aduciendo falta de pruebas. La sensación que había hasta ahora era que no se había iniciado ningún tipo de investigación por parte de los juzgados, de la policía o del Parlamento. -La actitud de los medios de comunicación ha sido sospechosa. Cuando los ataques afectaban a miembros, ediles o militantes de la Izquierda Abertzale el silencio era casi total. Cuando los ataques se dirigían hacia monumentos y símbolos referentes a la memoria histórica comenzó a extenderse la preocupación, y tuvo que hacer falta una reivindicación del grupo Falange y Tradición para que comenzaran a publicar la tesis de que era un grupo organizado. Sin embargo, fueron las acciones contra ediles de NaBai e independientes lo que encendió todas las alarmas, dejando en evidencia ese doble rasero que utilizan. Es entonces cuando los políticos comienzan a exigir eficacia policial y se producen las detenciones. Sospechoso, ¿verdad?
Estas últimas detenciones, en nuestra opinión, son una jugada para suavizar estas inquietudes, ya que gran parte de la sociedad se había dado cuenta que tras la impunidad y el silencio sobre estos ataques habia demasiada permisividad. Y ese trabajo y esa presión han dado sus frutos y han obligado a detener antes de lo que seguramente querían a 5 cabezas de turco para echarles toda la culpa. Y es que, estas detenciones no han hecho más que aumentar nuestras sospechas, ya que ha quedado en evidencia el trato favorable que han recibido los detenidos, a diferencia de lo que pasa en Euskal Herria con otras cuestiones: -El auto no es público, no se sabe si la operación esta cerrada, y por lo tanto no se pude saber qué ataques se aclaran y cuales no, como ya denunciaron diferentes perjudicados. -El comunicado de “Falange y Tradición” no se ha conocido hasta este martes, y ha sido Gara quien lo ha publicado íntegramente. En él puede apreciarse la falta de concreción sobre la mayoría de los ataques reivindicados, dificultando de esta manera los ataques que se les puedan imputar. -No hay nombres, no se publican sus fotos, no se califica como terrorismo y por lo tanto no se les incomunica, se les tapa la cara para que la prensa no pueda sacarles fotos y asi mantener el anonimato, no hay fotos del material incautado,... -Las declaraciones de Rubalcaba fueron realizadas desde una ciudad europea colaborando así con una operación policial básicamente mediática y que buscaba precisamente ese efecto publicitario. Calificó estos ataques como “actividades e incidentes” (recordar que se trata de amenazas de muerte a concejales, colocación de explosivos,...) y no como nos tiene acostumbrados, como actos de terrorismo. Enseñar la foto de un preso político vasco es terrorismo y sin embargo estos ataques no. -Dentro de estos ataques se encuentran las amenazas de muerte a concejales de Arbizu, Ansoain, Lesaka o Bera. Pero no han tenido que ir a declarar a la Audiencia Nacional. Sin embargo, una mujer de Lizartza de 64 años, por supuestamente rozar con una ikurriña a una responsable política impuesta al pueblo, sí, y encima fue encarcelada.
En nuestra opinión, todos estos ataques actúan en favor de los intereses del Estado, por eso se permiten, y por lo tanto el Estado tiene que protegerlos de un modo u otro. Sin embargo los que han sufrido los ataques no comparten los intereses del Estado, no están de acuerdo con la situación actual, quieren un cambio, y por eso hay que castigarles. Esta es la verdadera cara de la democracia española, imponer su victoria mediante la represión, aunque tenga que conculcar todos los derechos. ¿Hasta cuando?
Josu Esparza es miembro del Movimiento Pro Amnistía en Nafarroa Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
En el caso de Jon Anza y el secuestro de ciudadanos vascos es más que evidente que las cloacas del Estado estan detrás, ya que en estos casos, como han denunciado los secuestrados, se les pidio colaborar con el Estado y fueron elementos policiales o parapoliciales los que desarrollaron los secuestros. En lo referente a los ataques atribuidos a Falange y Tradicion, dos son las tesis que manejamos: -Que sean las cloacas del Estado las que los dirigen. -Que la dinamica represiva y antivasca dirigida por el Estado haya dado pie a que este tipo de grupos se pongan en acción, siempre con la permisividad del Estado. Esta permisividad dura hasta que los ataques adquieren un grado de preocupación en la sociedad. Entonces se les quita del medio y ya está.
Hasta ahora dos eran las razones fundamentales para pensar que las cloacas del Estado estaban detrás de todo esto: -Estos ataques estaban produciéndose con total impunidad. Se han dado sobre todo en zonas donde la presencia policial o militar es asfixiante. Sin embargo la mayoría de las denuncias se han archivado rápidamente en los juzgados aduciendo falta de pruebas. La sensación que había hasta ahora era que no se había iniciado ningún tipo de investigación por parte de los juzgados, de la policía o del Parlamento. -La actitud de los medios de comunicación ha sido sospechosa. Cuando los ataques afectaban a miembros, ediles o militantes de la Izquierda Abertzale el silencio era casi total. Cuando los ataques se dirigían hacia monumentos y símbolos referentes a la memoria histórica comenzó a extenderse la preocupación, y tuvo que hacer falta una reivindicación del grupo Falange y Tradición para que comenzaran a publicar la tesis de que era un grupo organizado. Sin embargo, fueron las acciones contra ediles de NaBai e independientes lo que encendió todas las alarmas, dejando en evidencia ese doble rasero que utilizan. Es entonces cuando los políticos comienzan a exigir eficacia policial y se producen las detenciones. Sospechoso, ¿verdad?
Estas últimas detenciones, en nuestra opinión, son una jugada para suavizar estas inquietudes, ya que gran parte de la sociedad se había dado cuenta que tras la impunidad y el silencio sobre estos ataques habia demasiada permisividad. Y ese trabajo y esa presión han dado sus frutos y han obligado a detener antes de lo que seguramente querían a 5 cabezas de turco para echarles toda la culpa. Y es que, estas detenciones no han hecho más que aumentar nuestras sospechas, ya que ha quedado en evidencia el trato favorable que han recibido los detenidos, a diferencia de lo que pasa en Euskal Herria con otras cuestiones: -El auto no es público, no se sabe si la operación esta cerrada, y por lo tanto no se pude saber qué ataques se aclaran y cuales no, como ya denunciaron diferentes perjudicados. -El comunicado de “Falange y Tradición” no se ha conocido hasta este martes, y ha sido Gara quien lo ha publicado íntegramente. En él puede apreciarse la falta de concreción sobre la mayoría de los ataques reivindicados, dificultando de esta manera los ataques que se les puedan imputar. -No hay nombres, no se publican sus fotos, no se califica como terrorismo y por lo tanto no se les incomunica, se les tapa la cara para que la prensa no pueda sacarles fotos y asi mantener el anonimato, no hay fotos del material incautado,... -Las declaraciones de Rubalcaba fueron realizadas desde una ciudad europea colaborando así con una operación policial básicamente mediática y que buscaba precisamente ese efecto publicitario. Calificó estos ataques como “actividades e incidentes” (recordar que se trata de amenazas de muerte a concejales, colocación de explosivos,...) y no como nos tiene acostumbrados, como actos de terrorismo. Enseñar la foto de un preso político vasco es terrorismo y sin embargo estos ataques no. -Dentro de estos ataques se encuentran las amenazas de muerte a concejales de Arbizu, Ansoain, Lesaka o Bera. Pero no han tenido que ir a declarar a la Audiencia Nacional. Sin embargo, una mujer de Lizartza de 64 años, por supuestamente rozar con una ikurriña a una responsable política impuesta al pueblo, sí, y encima fue encarcelada.
En nuestra opinión, todos estos ataques actúan en favor de los intereses del Estado, por eso se permiten, y por lo tanto el Estado tiene que protegerlos de un modo u otro. Sin embargo los que han sufrido los ataques no comparten los intereses del Estado, no están de acuerdo con la situación actual, quieren un cambio, y por eso hay que castigarles. Esta es la verdadera cara de la democracia española, imponer su victoria mediante la represión, aunque tenga que conculcar todos los derechos. ¿Hasta cuando?
Josu Esparza es miembro del Movimiento Pro Amnistía en Nafarroa Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.