“Aunque, todo hay que decirlo, el «Gran Hermano» del siglo XXI se queda corto ante los delirios de grandeza del Ciudadano Kane, capaz de albergar bajo el mismo techo cuatro estatuas de la diosa Sekhmet (Egipto, 1.200 antes de Cristo), un frontispicio romano (año 270) y un artesonado en el techo «robado» a una iglesia de Teruel (siglo XIV)...”
Este artículo describe la superlujosa mansión de uno de los más grandes psicópatas de todos los tiempos: Bill Gates. La colección de piezas artísticas responde a motivaciones ocultistas; y como dato inquietante, la “diosa” Sekhmet: una diabólica criatura de la guerra y la venganza. En Egipto, la estatutaria era imprescindible para crear la baja frecuencia vibratoria, fomentado con los rituales y misterios de la Magia Negra, como bien sabe uno de sus depositarios, Bill Gates.
Terrorífica película, que pese a ser de bajo presupuesto y tener algún fallo de guión, golpea y despierta la mente del espectador.
Esta historia impactante recuerda algo terriblemente familiar: dos especies bajo la misma forma, una humana y otra usurpadora/vampírica; personas que se convierten en enemigos inhumanos contra los de su especie; agentes sobre la Tierra, trabajando para sus semejantes invisibles; el uso del ridículo para desprestigiar la verdad –como dice uno de los inhumanos, “nadie le creerá”-; la creación de una raza superior de amos –realmente, infraespiritual, psicópata-, utilizando a los humanos como puentes; en definitiva, el reemplazo de la especie humana por otra raza carente de emociones y sentimientos, que adopta su forma: una RAZA PSICOPATA/DEMONIACA.
Y no obstante, pese a ser un film de ficción, contiene un realismo simbólico difícil de superar, la historia fue objeto de varios remakes:
-La invasión de los ultracuerpos (Philip Kaufman, Solofilm, 1978)
-Body Snatchers (Abel Ferrara, Warner Bros, 1993)
-The Invasion (Oliver Hirschbiegel, Warner Bros, 2007)
-Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (Steven Spielberg, Paramount, 2008)
Recopilación hilvanada de las principales obsesiones ocultistas, vulgarizadas en la Nueva Era:
•Culturas de la América precolombina originadas en una interacción transdimensional.
•Admiración por dicha tecnología, a la que llaman conocimiento.
•Conocimiento dado a los humanos por esos “dioses”.
•Búsqueda de objetos con “enorme poder”.
Columna académica del sistema de control: los arqueólogos e investigadores serios siguen directrices materialistas, y ante el temor del descrédito o ridículo de sus colegas, omiten o niegan hechos que contradicen las versiones racionalistas.
Columna fantástica/mágica del sistema de control: recogen todas las anomalías que la pseudociencia (porque la ciencia es estudiar los fenómenos utilizando el método científico y el negar un fenómeno sin haber sido objeto de estudio no es científico) oficial rechaza y presentan un cóctel fantasioso (totalmente intencionado, porque así aleja a cualquier investigador serio) que llega masivamente al gran público, e introduciendo peligrosas ideas en el subconsciente.
Existen pruebas abrumadoras provenientes de distintas ramas (espirituales, arqueológicas, etnológicas, económicas, artísticas, mitológicas, históricas, etc) que cotejadas entre sí, confirman lo que absurdamente niega el mundo académico: la alta tecnología transdimensional de ciertas civilizaciones que surgieron repentinamente en la Historia.
El mundo de los “dioses” (Knight-Jadczyk lo llama hiperdimensional; también conocidos como planos, dominios, mundos o reinos astrales) aparece en cualquier leyenda o mitología de todos los pueblos históricos.
La omisión de esta existencia o reconocerla con admiración sólo podía suceder en una época donde la ignorancia alcanza cotas extremas y donde las fuentes espirituales llenas de gran sabiduría han sido profanadas: porque en ellas se encuentra la verdad de lo que está ocurriendo.
La Verdad es ésta: esa existencia es real, aunque en condiciones normales el ojo humano no ve los planos/dimensiones de esa realidad. Pero pueden ser percibidos por personas que tengan cierta cualidad extrasensorial, que hubieran desarrollado el sexto chakra (el órgano sutil de la visión espiritual) o en períodos históricos concretos, cuando tuvieran lugar choques interdimensionales: dando lugar, estos fenómenos a las leyendas sobre extraños seres (duendes, hadas, demonios, serpientes, dragones, ángeles – que eran también demonios -, monstruos, vampiros o actualmente, los extraterrestres o alienígenas).
Un ocultista experto podría describir exactamente estos planos y los seres que los habitan, pues existen varios “reinos” (y en este ciclo histórico, en pelea entre sí, y como es arriba es abajo), pero sintetizando, por conveniencia típica utilizaremos el vocabulario tradicional: todos son demonios, y estos mundos son infernales.
Estas entidades negativas intervienen directamente sobre los humanos a través de sus canales psíquicos/espirituales y son la causa del MAL sobre la Tierra, porque este planeta está bajo su influencia directa. Es decir, y esto debe quedar muy claro, en principio todo el mundo está bajo su control mental, y sólo haciendo un esfuerzo consciente, una persona puede escapar a su maligna manipulación.
Ese control mental se produce a través de ego (a nivel individual) y de los sistemas de creencias (a nivel colectivo) que tanto sufrimiento han causado a una humanidad dominada por los demonios; manipulan a las personas por medio de las mentiras, y esta es la explicación de “busca la Verdad y serás libre”, porque el hombre ha vivido siempre en una gran mentira.
Todas las atrocidades y monstruosidades que las personas han cometido tienen su origen en estos dominios invisibles, al convertirse éstas en títeres de estas entidades al cederles su alma; y todos sus monstruosas actividades tienen sentido: se alimentan de la energía vital de los humanos, porque ellos no tienen energía propia; es por eso, que las culturas totalmente demoníacas llevaban/llevan (pues la nuestra actualmente lo es) a cabo repugnantes sacrificios humanos, porque cuanto más sufrimiento infligen a su víctima, mayor energía negativa absorben sus “dioses”.
La importancia de las enseñanzas espirituales es que son la guía para salir del laberinto, y acceder a los reinos celestiales, de los que el hombre tan inconscientemente se alejó. Porque, si uno sigue las directrices demoníacas, que es la norma habitual al no poseer el hombre la capacidad de discernimiento (no sabe distinguir entre el Bien y el Mal), va a parar a las moradas demoníacas, donde los esperan para la extracción energética (llamada eufemísticamente por Bernard Lazare operaciones mágicas, aquí en la Tierra).
Actualmente estamos al final de un gran ciclo cósmico con gran cantidad de fenómenos invisibles y efectos visibles: las noticias diarias son escalofriantes y poco optimistas ante el futuro de la Humanidad, porque incluso se avisa de un “cambio climático.”
Estamos presenciando un choque de realidades, que utilizando el vocabulario tradicional, es la unión de la Tierra, el Infierno y el Cielo (pero este último está reservado para los que hayan “perseverado hasta el final”, por lo que sufriremos primero el Infierno en todo su esplendor).
Para que las personas no se enteren de la Verdad, ya vimos que los agentes de estas entidades malignas utilizaban dos opciones: el desprestigio a través del mundo académico y medios de
comunicación (que están en posesión de los judíos) para la orientación racionalista-materialista; y la divulgación de doctrinas pseudoespirituales como el movimiento Nueva Era o afines, para captar a las personas que tuvieran algún tipo de percepción o intuición de otras realidades. Y lo hacen como siempre: convirtiéndolo en su opuesto, es decir, los demonios transformados en “dioses” y su mundo infernal en “moradas celestiales”.
Los agentes de estas entidades negativas han trabajado durante todo el ciclo histórico para preparar el paraíso a sus jerarcas invisibles: porque la Tierra no tenía la vibración tan baja para que ellos pudieran encarnarse; pero ahora sí, ya muchos están aquí (por sus obras los conoceréis)
Para ello se necesita una frecuencia electromagnética especial, y por eso este campo ha sido uno de las principales investigaciones de los kabalistas a lo largo de los siglos; y todos los proyectos políticos/económicos actuales están diseñados para crear esa franjan electromagnética, por lo que nada es casual; deforestación, contaminación, bomba nuclear, guerras, satélites espaciales, radiación electromagnética, etc.
Pero también necesitaban un ADN modificado, de acorde a su frecuencia vibratoria, y fue ese el trabajo de biogenetistas kabalistas: la llamada por los nazis la raza superior (un híbrido humanoide-demoníaco), que ahora es producto de la élite hebrea.
Ellos siempre soñaron con poseer la Tierra, porque como bien se puede leer en los textos antiguos estaban confinados en planos, abismos o lugares semi-etéricos (desde donde controlaban la Tierra).
El significado último del Fuego robado por Prometeo es éste: el alma del hombre, que es el puente entre los dos mundos (Tierra-Infierno), y un canal energético. Es el Hombre quién ha accedido mantener a una raza parásita, y ahora, va a pagar un alto precio por ello; porque lo peor no es que la tribu prometeica sean simples ladrones de cuerpos, sino que lo son de almas.
En el último film de Spielberg este pérfido ocultista nos muestra como ha sido el proceso: cuando hablan las entidades demoníacas a través de la calavera de cristal, dice “infundiremos nuestras ideas en vuestros líderes” y esta otra gran Verdad, “os convertiremos en nosotros y lo mejor, es que ni siquiera se darán cuenta.”
Ahora podemos observar con mayor claridad como ha sido el proceso histórico: porque todos los líderes actuales pertenecen a las redes herméticas que practican el ocultismo, y abren sus vías a estas entidades.
La película de Spielberg sólo es fantástica en apariencia, porque en esencia, está contando el ocultismo de estás Hermandades. Y ni siquiera es una invención la calavera de cristal, pues se han encontrado varias...
Continuara...
