'Shinmoedake" o Monte Kirishima sur de Kyushu, Japón; Bromo al este de Java, en Indonesia, Krakatoa en Indonesia, Galeras en Colombia en alerta naranja. Yellowstone, EU en posible erupción y con mucha actividad.
El gigante de Sicilia
El Etna es el volcán más activo de Europa, es un complejo edificio que mide tres mil 342 metros, localizado en Italia, al este de Sicilia, y formado por la sucesión de diferentes erupciones. Es uno de los más documentados en el mundo, con registros de su actividad que datan del año 1500 antes de Cristo.
Es muy particular, no sigue los modelos tradicionales. Tiene un comportamiento que a veces es muy tranquilo, con emisión de lava y, a veces, erupciones explosivas, con duraciones breves, pero peligrosas.
Al ser un estratovolcán, cuenta con varias bocas eruptivas, por las cuales expulsa enormes masas de gas, humo, cenizas y rocas incandescentes, que se pueden proyectar por diversas zonas de su estructura. Por esta característica, se debe monitorear muy bien su actividad, porque no siempre estará concentrada en su cráter central.
El pasado 3 de enero incrementó su actividad, con emisión de material incandescente. Se utilizan los llamados mapas de riesgoNo es posible realizar predicciones certeras respecto a la actividad volcánica; sin embargo, con el monitoreo se pueden elaborar mapas de riesgo para evitar daños a la población.
Con escenarios construidos a partir de esos datos, se indican las zonas de peligro en diferentes niveles y los daños que pueden sufrir; con ese conocimiento, es posible la coordinación efectiva y eficiente de los recursos humanos y técnicos y, en consecuencia, la reducción del riesgo.
La elaboración de los planes de prevención, se toman en cuenta las características de cada estructura geológica. “Se ha tratado de conceptualizarlos con modelos generales de funcionamiento, y al estudiarlos con detalle, encontramos particularidades de un volcán a otro”, detalló.
Los mapas de riesgos se sustentan en la historia eruptiva de cada coloso y en la frecuencia e intensidad de la misma. Es fundamental conocer con precisión cada estructura geológica para determinar los parámetros de magnitud y periodicidad de su actividad.
Los productos volcánicos
Son varios los productos que lanza un volcán en cada erupción; las cenizas y la lava constituyen lo más común. Es posible proyectar, de acuerdo a la topografía de cada estructura, la trayectoria que seguirá el material incandescente, uno de los productos volcánicos “menos peligrosos”, porque se puede predecir con mayor certeza las áreas que podría afectar en su camino.
La ceniza se genera por la fragmentación producida por actividad volcánica explosiva. Puede causar molestias a niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias; desgasta y atasca la maquinaria; contamina y obstruye la ventilación, suministros de agua y drenajes; causa cortos circuitos eléctricos en las líneas de la transmisión, en computadoras, y componentes electrónicos. A largo plazo, la exposición de la ceniza húmeda puede corroer los metales.
Las nubes de ceniza, que bajan por las laderas de los volcanes representan mayor peligrosidad. Viajan a temperaturas y velocidades muy altas, carbonizan todo a su paso y son letales para el ser humano, pues “roban” el oxígeno en su trayectoria.
Los flujos de lodo, en particular, son altamente destructivos. Se forman al mezclarse el agua ubicada en las laderas de los volcanes con cenizas y otros materiales volcánicos; forma torrentes de gran volumen que pueden destruir todo lo que encuentran a su paso.
Un ejemplo actual es la erupción del Nevado de Ruiz, en Colombia, en 1985. La cumbre del volcán estaba recubierta por un casquete de hielo y al ascender el magma se fundió el glaciar, lo que formó avalanchas de lodo que invadieron el valle del río Lagunilla y sepultaron la ciudad de Armero.
Dirección y Producción
Agencia CPl.News ®
www.thecamino.com.ar