jueves, 10 de febrero de 2011

Los bosques secretos de la Antártica

Puede ser difícil de creer, pero Antártica estuvo una vez cubierta de frondosos bosques. Hace cien millones de años, el efecto invernadero en la Tierra era extremo. El Polo Sur no era un desierto de hielo, sino un vergel habitado por dinosaurios.

El ecosistema antártico estaba adaptado a los largos meses de oscuridad del invierno y era verdaderamente extraño.
Pero si el calentamiento global continúa, ¿podrían reaparecer estos antiguos bosques?
Uno de los primeros en poner de manifiesto las evidencias de lo que una vez fue la verde Antártica fue el explorador Robert Falcon Scott.
Regresando del Polo Sur, en 1912, se tropezó con una planta fosilizada en el glaciar Beardmore, a una latitud de 82º sur.
Su descubrimiento abrió una nueva ventana al pasado subtropical del que ahora se conoce como el continente helado.
 
Ilustración dinosaurios en el Polo Sur

Bosque en el hielo

La profesora Jane Francis, de la Universidad de Leeds (Inglaterra), es una intrépida exploradora que ha seguido los pasos de Scott.
Francis ha participado en diez expediciones para recolectar fósiles. "La idea de que Antártica estuvo alguna vez cubierta de bosques todavía no deja de parecerme algo alucinante".
"Damos por sentado que siempre ha estado congelado, pero las capas de hielo parecen ser algo relativamente reciente en tiempos geológicos".
Uno de los fósiles que ha descubierto la profesora Francis lo consiguió cuando atravesó la cordillera Transantártica, no muy lejos de donde Scott hizo su hallazgo.
"Estábamos arriba en el glaciar cuando nos encontramos con capas de sedimentos plagados de frágiles hojas y ramas".
Estos fósiles probaron la existencia de restos de hayas hace unos tres a cinco millones de años, las últimas plantas que vivieron en el continente antes de que quedara completamente helado.
Sin embargo, otros fósiles muestran la existencia de una verdadera flora subtropical en tiempos algo más remotos, durante la "era de los dinosaurios", cuando unos niveles de dióxido de carbono mucho más altos dispararon una fase de extremo calentamiento global.
Vanessa Bowman, que trabaja con la profesora Francis en Leeds, no tiene duda: "Hace cien millones de años, Antártica estaba cubierta por frondosos bosques como los que existen en Nueva Zelanda".

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