Esta gran concentración de yodo radiactivo agrava el riesgo de contaminación alimentaria de los productos marinos muy apreciados por los japoneses.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, conminó el viernes a Estados a "sacar conclusiones" de la crisis nuclear japonesa.
Unas horas antes, el primer ministro nipón, Naoto Kan, reconoció que la evolución de la situación en la central de Fukushima Daiichi 1 seguía siendo "imprevisible".
Todos los ojos miran al agua
La Agencia de Seguridad Nuclear japonesa anunció el sábado la detección de altos niveles de yodo 131 en el agua marina en unos tests realizados por la compañía eléctrica Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central.
"Si alguien bebe 50 centilitros de agua corriente con esta concentración de yodo, alcanzará de golpe el límite anual que puede absorber. Es un nivel relativamente elevado", explicó un portavoz de la agencia.
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