martes, 20 de octubre de 2009

Zecharia Sitchin: El 12º planeta

De toda la documentación que puede encontrarse referida al origen del hombre, a los Anunnaki, a Nibirú, la propuesta por Zecharia Sitchin es sin duda la más completa, la mejor y más documentada y la que podría catalogarse sin temor a equivocaciones de verdaderamente científica. Según sus propias palabras, escritas en julio de 1960:


“La serie CRÓNICAS DE LA TIERRA se basa en premisas tales como: que la mitología no es una extravagancia, sino la depositaria de recuerdos ancestrales; que la Biblia debe leerse literalmente como un documento histórico-científico; y que las antiguas civilizaciones (mucho más antiguas y esplendorosas de lo que suele creerse) fueron el producto del conocimiento que trajeron a la Tierra los Anunnaki, es decir, «los que descendieron del Cielo a la Tierra».”

“Este primer título de la serie, El 12° Planeta, presenta pruebas antiquísimas de la existencia de otro planeta dentro del sistema solar. Se trata del planeta natal de los Anunnaki. De hecho, los datos recientes procedentes de naves espaciales no pilotadas, confirman estas pruebas y ello ha impulsado a los astrónomos a buscar activamente lo que viene denominándose como «el planeta X»” (ó Nibirú)

Según la historiadora e investigadora Rosemary Decker:

“«Existen varios factores que diferencian notablemente los bien documentados trabajos de Sitchin de todos los demás que tratan este tema. Uno de estos factores es el de sus habilidades lingüísticas, entre las cuales no sólo se incluyen varios idiomas modernos que le permiten consultar los trabajos de otros estudiosos en sus lenguas originales, sino también el de su conocimiento del sumerio, el egipcio y el hebreo antiguos, así como de otras lenguas de la antigüedad.”

“«Sus treinta años de dedicación a la investigación académica y personal antes de optar por la publicación han dado como resultado un trabajo minucioso y una perspectiva poco habitual, y le han permitido realizar las oportunas modificaciones, siempre que ha sido necesario. El autor ha buscado los objetos y los textos más antiguos de los que se puede disponer, ofreciendo en sus libros una gran profusión de fotografías y dibujos de tablillas, monumentos, murales, cerámica, sellos, etc. Utilizados generosamente por todas partes, nos proporcionan una evidencia visual importantísima… Aunque no pretende resolver todos los misterios que vienen desconcertando a los investigadores desde hace más de cien años, Zecharia Sitchin nos ofrece nuevas claves para la comprensión de nuestro pasado.»”

De origen ruso, Zecharia Sitchin se educó en Palestina donde adquirió un profundo conocimiento del hebreo moderno y clásico, las lenguas semíticas y europeas, el Antiguo Testamento y la historia y arqueología del Oriente Próximo. Estudió en la London School of Economics and Political Science y se licenció en la Universidad de Londres donde se especializó en historia económica. Durante años fue uno de los principales periodistas y editores de Israel. Actualmente reside en Nueva York.

Sin más preámbulos, insertamos a continuación las Notas del Autor y El Prólogo que encabezan esta maravillosa obra, para terminar con su Índice en forma de enlaces a la “Biblioteca Pléyades”, donde encontrarán el resto.

NOTA DEL AUTOR

La fuente principal de versículos bíblicos citados en El Duodécimo Planeta es el Antiguo Testamento, según el texto original hebreo. Hay que tener en cuenta que todas las traducciones consultadas de las cuales las principales están listadas al final del libro, no son más que eso: traducciones o interpretaciones. En el análisis final, lo que cuenta es lo que dice el original hebreo.

En la versión final citada en El Duodécimo Planeta, he comparado entre sí las traducciones disponibles, así como todas éstas con la fuente hebrea y los textos/relatos paralelos sumerios y acadios, para llegar a lo que considero que es la interpretación más exacta.

La interpretación de los textos sumerios, asirios, babilonios e hititas ha sido el trabajo de toda una legión de estudiosos durante más de un siglo. Después de descifrar las escrituras y el idioma, hubo que transcribir, transliterar y, por último, traducir. En muchos casos, fue posible elegir entre diferentes traducciones e interpretaciones sólo para verificar antiguas transcripciones y transliteraciones. En otros casos, la perspicacia de algún estudioso contemporáneo pudo arrojar nuevas luces sobre una antigua traducción.

La lista de fuentes de textos de Oriente Próximo que se ofrece al final de este libro, va, de esta manera, desde lo más antiguo hasta lo más moderno, y va seguida de las publicaciones eruditas en las que se han encontrado muchas de las contribuciones que han resultado de utilidad para la comprensión de los textos.

Zecharia Sitchin





PRÓLOGO

Ahora que nuestros propios astronautas han alcanzado la superficie de la Luna y que hemos enviado naves no tripuladas a explorar otros planetas, ya no resulta imposible creer que una civilización de otro planeta, más avanzada que la nuestra, fuera capaz de hacer aterrizar a sus astronautas en la Tierra en algún momento de nuestro pasado. Un buen número de autores, algunos de ellos muy populares, han especulado con la idea de que muchos monumentos de la antigüedad, como las pirámides y otras gigantescas esculturas de piedra, fueran forjados por unos supuestos visitantes de otro planeta. Sin embargo, no hay mucho de nuevo en estas intrigantes especulaciones. Incluso los mismos pueblos de la antigüedad creían que seres superiores «de los cielos» -los antiguos dioses- bajaban a la Tierra. Lo que no aporta ninguno de estos autores populares que tratan estos temas son respuestas. Si estos seres vinieron en realidad a la Tierra, ¿cuándo lo hicieron? ¿Cómo llegaron aquí? ¿De dónde venían? ¿Y qué hicieron aquí durante su estancia?

Lo que nos proponemos es dar respuesta a estos interrogantes. Utilizando el Antiguo Testamento como ancla, y no presentando como evidencia otra cosa que los textos, los dibujos y los objetos que nos dejaron los antiguos pueblos de Oriente Próximo, iremos más allá de estas inquietantes preguntas y de sus provocativas sugerencias. Demostraremos que, ciertamente, la Tierra fue visitada en el pasado por astronautas de otro planeta.

Identificaremos el planeta del cual vinieron estos astronautas.

Descifraremos una antigua y sofisticada cosmología que explica mejor que nuestras ciencias actuales cómo vinieron a la existencia la Tierra y otras partes del sistema solar.

Pondremos al descubierto los antiguos informes de una colisión celestial, a consecuencia de la cual un planeta intruso vino a ser capturado por la órbita del sol, y mostraremos que todas las religiones de la antigüedad se basaban en el conocimiento y la veneración de este duodécimo miembro de nuestro sistema solar.

Demostraremos que este Duodécimo Planeta fue el hogar materno de los antiguos visitantes de la Tierra. Presentaremos textos y mapas celestes que tratan de los vuelos espaciales a la Tierra, y dejaremos establecido cuándo y por qué vinieron aquí.

Los describiremos, y hablaremos de su aspecto y vestimenta, entreveremos sus naves y sus armas, seguiremos sus actividades en la Tierra, sus amores y sus celos, sus logros y sus luchas. Y también desentrañaremos el secreto de su «inmortalidad».

Nos remontaremos a los dramáticos sucesos que llevaron a la «Creación» del Hombre, y mostraremos los avanzados métodos que utilizaron para llevarla a cabo. Después, seguiremos la enmarañada relación del Hombre con sus dioses, y arrojaremos luz sobre el verdadero significado de los hechos que se nos transmitieron a través de relatos como el del Jardín del Edén, la Torre de Babel, el Diluvio, el nacimiento de la civilización o las tres ramas de la Humanidad. También mostraremos de qué modo el Hombre -dotado por sus hacedores tanto en lo biológico como en lo material- acabó provocando que sus dioses se sintieran obligados con la Tierra.

Mostraremos que el Hombre no está solo, y que las generaciones futuras tendrán otro encuentro con los súbditos del Reino de los Cielos.