Por primera vez en los últimos 10 años, el glaciar del Infierno, en el valle de Tena, ha progresado. La sección central de esta masa helada, uno de los últimos fenómenos glaciares que queda en el Pirineo meridional, lleva, como el resto de glaciares, una década en constante retroceso. Pero este verano ha crecido y en estos momentos presenta un aspecto saludable, que se ha visto favorecido con la llegada de nieve fresca en los últimos días.Y los medios de desinformación lo pasan por alto. Un error honesto, estoy seguro....
Aunque este progreso puede ser un hecho aislado y puntual, la noticia se ha recibido con cierta alegría entre los expertos, ya que rompe la tendencia de constante retroceso, con alguna intermitencia mínima, que ha registrado el glaciar en la última década y tal y como lo demuestran los estudios de seguimiento que vienen realizan sobre este glaciar un grupo de glaciólogos aragoneses y navarros.
En estos momentos y según el testimonio del geólogo y profesor de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Cuchí, que recoge el Diario del Alto Aragón, el glaciar central del Infierno cuenta con, “una capa espesa de nieve dura, de unos cuatro metros de espesor, sobre el hielo preexistente, y sobre ella está ya cayendo nieve fresca”. Las imágenes aportadas de los dos últimos septiembres (que acompañan a este artículo) demuestran la notable diferencia que presenta la masa helada en tan sólo un año.
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